A los que buscaban en algún acto externo la confirmación de un corazón regenerado, los puritanos les señalaban los motivos apropiados así como la conducta apropiada. A los que miraban meramente sus creencias ortodoxas, los puritanos señalaron que los demonios son ortodoxos en sus credos, pero no en su conducta. Siempre atentos a no suscitar dudas innecesarias en los creyentes débiles, los puritanos, sin embargo, sintieron que era imperativo despertar al hipócrita carnal de su inmerecida seguridad.
En este libro, Matthew Mead muestra veinte formas en que una persona puede ser engañada para que piense que es cristiana cuando en realidad es solo “casi cristiana”. Mead también explica temas importantes como la necesidad de un autoexamen, las señales del pecado imperdonable y las razones de la falta de consuelo del creyente. Concluye con tres asuntos de los que todo lector debe estar convencido: la naturaleza malvada y sucia del pecado, la miseria y el peligro desesperado de los no regenerados, y la total insuficiencia e incapacidad de cualquier cosa que no sea Cristo Jesús para ministrar alivio. Este clásico puritano está destinado a sacar a los creyentes nominales de su complacencia y consolar a los verdaderos creyentes. Esta edición contiene las notas de la Escritura del autor y una introducción biográfica
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